El Lobo Estepario

Tienes razón, Lobo Estepario, mil veces razón, y a pesar de todo debes desaparecer. Quien quiera vivir en la actualidad y sentirse contento con su vida, no puede ser una persona como tu o como yo. Quien exige música en lugar de ruido, alegría en lugar de diversión, alma en lugar de dinero, trabajo verdadero en lugar de ocupación, pasión autentica en lugar de jugueteo... para él este mundo no es un bonito hogar. Hermann Hesse, "El Lobo Estepario"

martes, enero 31, 2006

Estupidez y Tolerancia

La maldad, es decir conseguir el beneficio propio a partir de la desgracia ajena, es una cualidad humana que genera un rechazo casi unánime. Hasta en una actividad de racionalidad tan limitada como el deporte profesional, aprovecharse de una caida, resbalón o tropiezo de un contrincante está muy mal visto. Es mucho peor que lanzarle un objeto a ese arbitro que estaba provocando todo el partido. Sin embargo, no existe ese mismo rechazo por otra cualidad, que a mi entender, es mucho mas peligrosa y nociva, la estupidez. La magnifica definición de Carlo Cipolla nos pone sobre la pista " Una persona estúpida es una persona que causa daño a otra o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".
El estúpido se aprovecha del desconcierto que provoca su conducta errática, impredecible e irracional para consumar su devastadora acción. Lejos de provocar alarma y rechazo, la reconocida estupidez de nuestro personaje da lugar a risas y cierta "manga ancha"... Una falsa tolerancia que bajo el amparo de frases del estilo "déjalo, si es estúpido.." generan un efecto bola de nieve. Cuando uno quiere darse cuenta y el tsunami provocado por el estúpido llega a su propia costa, el daño ya es irreparable. En ese sentido, el estúpido es mucho más peligroso que el malvado. Se suele decir que "todo cabron tiene su corazoncito", cierto. Hasta la mente más perversa tiene su lado sentimental. Pero el estúpido no tiene límites, se crece con cada una de sus conquistas.
Paradójicamente, el estúpido desconoce generalmente su propia condición, con lo cual atribuye sus propias desgracias a circunstancias inverosímiles, alineaciones planetarias increibles, manías persecutorias generalizadas y maldad ajena enconada certeramente en su persona. Son personas fácilmente reconocibles. Para ellas el mundo se conjuga en primera persona y no existe la autocrítica. Véase cuantas de sus frases empiezan por "yo".

martes, enero 24, 2006

Glosa del Carajillo (por Euler)



Filosofía del Carajillo. Capítulo 3: Y ahora viene cuando lo matan
De sus origenes e historia

Para encontrar los orígenes del carajillo hay que remontarse a la antigua mesopotamia. En el Mito Sumerio "Emech y Enten" que refiere la disputa entre Verano e Invierno, nos da testimonio de la importancia de esta bebida [Lara Peinado]:
"Emesh dobló las rodillas ante Enten, le ofreció una plegaria. A su casa le lleva néctar, vino, cerveza, licor e infusión de malta, que sabiamente combinados ambos beben hasta la saciedad y alegran el corazón." Clara alusión a la combinación de licor mezclado con azúcar, corteza de limón, tallo de canela, quemado y con infusión de malta tostada. Así pues, las grandes civilizaciones no fueron grandes por que sí, sino por su uso del carajillo.

La colección de recetas de cocina más antiguas se encontraban en una recopilación llamada “Arte Culinario” (“De re coquinaria”), realizado en el siglo IV de nuestra era, basada en la obra de un célebre gastrónomo romano llamado Apicio (25 a.C.) a quien se le atribuyen los "Diez libros de la cocina", una especie de inventario de recetas insólitas, hace referencias al carajillum. (del latín carajum, pequeño, illum, iluminar, dar brillo, esplendor, vitalidad). Lo denomina como “El pequeño sol que ilumina nuestros corazones y nuestras mentes”.

Hubo antes que Apicio, algunos libros de recetas griegos especialmente de la Magna Grecia. El primero del que se tienen noticias es de un siracusano llamado Mithekos alrededor del 400 a.C. Lamentablemente todas estas obras se han perdido, y sólo quedan algunas breves citas en su mayoría contenidas en el “breviario del gastrónomo y el erudito”, escrito por Ateneo de Naucratis, escritor griego del siglo III con el título de “El banquete de los doctos” (Deipnosofistai o de los sofistas). En ella se hace referencia al karacillws, bebida reconstituyente para cuerpo y alma.

Si bien ya era ampliamente conocido y usado, no fue hasta bien entrado el siglo XI que el carajillo encontraría su forma actual, con el descubrimiento del café por un joven pastor árabe, que sorprendido ante el comportamiento de sus cabras, muy excitadas después de haber comido ciertos granos de un determinado árbol, intentó él mismo la experiencia y quedó encantado; un religioso mahometano, al corriente de esa aventura, lo habría revelado al parecer al resto del mundo. Fue a partir de ese momento cuando el carajillo no sólo proporcionó lucidez a las mentes para elucubrar, sino que además dio capacidad a los pensadores para poder estar más horas dando la tabarra sin dormirse.

Del alcohol

En la antigua Mesopotamia era también conocido el vino, procedente del norte y noroeste. Los viñedos eran cultivados solo en la Alta Mesopotamia y hay evidencias del uso de uvas secas y vino en el sur, durante los primeros y últimos períodos. Se conocían los lagares donde se prensaban las uvas, llenando luego varios recipientes con el mosto. De ahí al vinagre y al brandy como licor básico en la elaboración del carajillo.

Oppenheim hace referencia a la preparación de una bebida alcohólica que se fabricaba con dátiles y reemplazaba a la cerveza de malta de cebada que se fabricaba en la mitad del segundo milenio. Es decir, que la elaboración de alcohol a partir de malta de cebada era conocida, tal cual el Cardhu.

Son notorias las variantes con respecto al licor utilizado. La receta original, debida a la Alta Mesopotamia, utiliza brandy en su elaboración. Podemos decir, pues, que el carajillo original y genuino es de brandy. Otras variantes pueden ser sabrosas (ron), elitistas (cognac), cremosas (Baileys), adineradas (whisky), foráneas (bourbon), cirróticas (ginebra), folclóricas (cazalla) o inverosímiles (vodka).

De la preparación

Nada nos indica que inicialmente el alcohol del carajillo se quemara en su elaboración. En la propia expresión de Apicio “Bastante complicado es conseguir algo con la graduación adecuada como para luego rebajarlo”.

No fue hasta el siglo XVIII cuando Antoine-Marie Arouet Auguste Flambé, marques de Bunsen, que tras numerosos platos en su haber basados en la quema de alcoholes y licores, encontró la combinación más moderna del carajillo. Su descubrimiento fue debido a una casualidad, infructuosa en ese momento, a la que algunos historiadores (Rodgers & Hammerstein, 1983) atribuyen el origen de las Fallas, si bien este último punto es muy controvertido, ya que historiadores posteriores no están de acuerdo con que la tradición fallera utilice derivados vegetales inflamables, sino más bien derivados del petróleo, conocidos bastante más tarde. Desgraciadamente, Flambé se llevo el secreto de su receta a la tumba durante el periodo del terror, ya que Robespierre era más de manzanilla tocada con anís.

Finalmente fue durante una de las múltiples experiencias con combustibles de Daimler en su motor de explosión cuando finalmente se descubrió la fórmula magistral actual. Tan sólo algunos ajustes (filtrar la carbonilla del motor, eliminar el aceite de cárter, ajustar las bujías,...) fueron necesarios.

En cuanto a los aditivos, fueron numerosas las pruebas. En primeros intentos fueros descartados aditivos como las guindillas (aportación italiana bajo el término carajiglio al pepperoncino), el curry (aportación del chef Rawalpindi, en Londres), la menta (aportación del coronel Longbottom, en Calcuta), la sal (aportación de Juan Gómez, con la excusa de que el café con sal va bien para la borrachera), el all-i-oli (no, Susana, aún así no serás capaz de beberte el café sólo),...

Finalmente, se ha llegado a una combinación estándar de piel de limón, granos de café y un trozo de canela en rama. No tengo ni la más remota idea de dónde cojones han salido esos condimentos. Parecen dignos de lo que pone cualquier madre al hacer una coca mal feta.

De la polémica

Así pues, hoy en día el carajillo tiene dificultades en su subsistencia. Por un lado, la creciente incorporación de personal hostelero procedente de países en los que se desconoce el carajillo y su elaboración, hace que se sirvan falsos carajillos por doquier.

Adicionalmente, la indolencia de algunos adheridos a la creciente moda de pedir un “carajillo de coñac sin quemar” hace que los que piden un simple y llano carajillo comme il faut se vean obligados a pedir un “carajillo quemado” explícitamente, cuando no habría necesidad, perdiéndose así la receta aceptada y reforzando la incompetencia de algunos camareros que, aprovechando esto, se evitan el esfuerzo de quemar el carajillo si no se solicita. Existen múltiples fórmulas para pedir lo que podríamos denominar un carajillo mesopotámico o a la antigua, en diferentes formatos, longitudes, y con una tradición comparable a la del carajillo, sin necesidad de denostarlo: “un café tocado de coñac”, “un café largo tocado de coñac”, “un café y una copa”, “un café largo y una copa”,…

Del carajillo

Sea como sea, el carajillo es, y ha sido, base fundamental de la filosofía. Sea, pues, honrado como tal.
Texto original de Euler (euler_ben@hotmail.com), únicamente editado por El Toni.

lunes, enero 16, 2006

El 54 de Massachusetts


Durante la guerra civil norteamericana, uno de los motivos de conflicto entre muchos otros, era la consideración de las personas de color como hombres libres con plenos derechos (unionistas) o esclavos al servicio de los hombres blancos (confederados o rebeldes). Curiosamente, incluso entre los más fervientes defensores del presidente Lincoln y su abolicionismo de la esclavitud, esta defensa de los "negros" era más teórica que otra cosa. De hecho, ni siquiera se les permitió, en principio, tomar parte en la lucha como miembros del ejercito regular de la Unión. En el mejor de los casos trabajaban de enterradores, limpiadores y otros trabajos manuales "deshonrosos". Los hombres blancos se mataban entre ellos a miles para decidir sobre otros hombres a los que no se les daba el derecho a intervenir.
En ese contexto fue creado en 1863 un regimiento pionero, compuesto únicamente por soldados de color, el 54 de Massachusetts. Lo que en principio fue un gesto de cara a la galería, ideado para desfilar y acallar voces y conciencias, hizo historia cuando estos soldados exigieron su derecho a ser tratados en igualdad de condiciones que los blancos. Y no hablamos de idealismos. No sólo pedían una equiparación de las condiciones de vida. Lo que pedían era algo más: el derecho a luchar, y si es necesario morir, por sus ideas, por su dignidad y por su concepción de la justicia. Y asi fué, el sacrificio de esos pioneros abrió el camino de lo que hoy consideramos evidente y obvio. Pero no hubiera sido posible sin ellos.
Esta es una buena metáfora de lo que se suele decir "del dicho al hecho hay un trecho". Analizar, comprender, entender, una situación injusta no es suficiente. Aceptar pasivamente la opresión equivale a justificarla. Hay que poner los medios para que esa injusticia desaparezca o al menos se minimice. No es excusa coherente el que uno no pueda ver los resultados de su esfuerzo. Es una cuestión de principios, no de resultados finales. Uno de los padres de la constitución americana, Thomas Jefferson decía "la grandeza de un hombre se puede medir por su capacidad de implicarse en empresas que considere justas aunque no le reporten un beneficio propio".

sábado, enero 14, 2006

No te detengas

"No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento.No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña,nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque elviento sople en contra, la poderosa obra continúa:Tu puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar,porque en sueños es libre el hombre.No caigas en el peor de los errores:el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye. "Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo. Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieronde nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida. La sociedad de hoy somos nosotros:Los "poetas vivos". No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas..."
vvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvv
Walt Whitman
Dedicado con toda mi gratitud y cariño a A. G. N: Luchadora incansable, imprescindible de La Resistance. Siempre con una sonrisa en la reserva. Al mal tiempo buena cara. Compañera de peregrinaje. Confidente paciente. Amiga.

miércoles, enero 11, 2006

Sentido común y autocrítica

En el transcurso de muchas conversaciones, tertulias, diálogos o monólogos se hace referencia y reverencia a dos expresiones de las que se da por entendido su significado : sentido común y autocrítica. Para mi no es nada evidente lo que quieren decir.

Para empezar el sentido común supongo que identifica el conjunto de experiencias vitales, que al ser compartidas por un gran número de individuos, permiten tener un entendimiento similar de la vida cotidiana. Si como experiencia vital hacemos la suma de lo vivido en primera persona más lo aprendido de otros (bien por contacto directo, bien por lectura, estudio... etc) la conclusión es que tenemos muy poco en común unos con otros. Y con algunos, más bien nada. Quizas por ello hay quien dice que "el sentido común es el menos común de los sentidos".

El sentido común parece ser más bien la excusa que utilizamos para opinar con autoridad de cualquier cosa por muy lejos que quede de nuestro entendimiento. Y aunque ello demuestre la falta de argumentos, no he conocido a nadie descontento de ello. En el Discurso del Método decía Descartes "El buen sentido es lo que mejor repartido está entre todo el mundo, pues cada cual piensa que posee tan buena provisión de él, que aun los más descontentos respecto a cualquier otra cosa, no suelen apetecer más del que ya tienen."

¿Y en que se basa esa aparente satisfacción con el sentido común? En otra palabra mágica. En la autocrítica. El término crítica tiene etimológicamente dos raices. Por una parte indica criterio, las normas en que se basa un razonamiento. Quien carezca de los fundamentos adecuados, difícilmente podra analizar una situación. Por otro lado no puede haber una crítica sin su crísis. Es decir, el análisis de la situación provoca un cambio, una modificación. Lo que únicamente produzca satisfacción no es más que autocomplacencia.... porque ¿sabe el loco que lo está?

miércoles, enero 04, 2006

Andar sobre las aguas

Dice un amigo mio que el Sol siempre brilla de la misma manera aunque nadie le mire. Que el pajaro que ofrece su canto en la mitad del bosque nunca recibirá aplauso alguno. Y que las rosas que crecen en un apartado y olvidado rincon tienen la misma belleza y fragancia que las del centro del jardín que todo el mundo puede contemplar.
Por contra, los seres humanos no nos movemos, generalmente, por motivaciones altruistas. Quien ha recibido la vida y un mundo entero para disfrutar de él de manera gratuita, puede sin embargo racionar su generosidad, su paciencia, su entendimiento y para colmo sus afectos. "Trataré bien a los que me traten bien a mi", "sólo abriré mi corazón a quienes me demuestren que se lo han ganado", "yo ya se quien me quiere y sólo esos son importantes para mí" solemos escuchar.... En todo caso, esperar primero para dar después. La relación humana entedida como un combate en que lo más importante parece ser no perder mas que ganar. Mostrarse como uno es, sin caretas, sin máscaras, sin protecciones no es signo de naturalidad, sino de ingenuidad o de estupidez. Parece que lo que nos distingue del resto de animales, la consciencia, es mas un freno defensivo que otra cosa. ¿Y de que se tiene que defender uno? ¿de amar demasiado? ¿de ser demasiado sensible al sufrimiento del mundo?.
¿Y porqué no se arriesga uno a sacar lo que lleva dentro? Quitarse las mascaras sin esperar nada a cambio. Amar, escuchar, perdonar, ayudar, gozar porque SI. No por elección, por necesidad. Pero hay que correr el riesgo y liberarse de todo lo que te impide ser tu mismo. Ni el mismísimo Jesucristo hubiera andado sobre las aguas sino se hubiera soltado antes de la barca.
Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio.Y hay quiénes dan con dolor y ese dolor es su bautismo.Y hay quienes dan y no saben del dolor de dar, ni buscan la alegría de dar, ni dan conscientes de la virtud de dar. Dan como, en el hondo valle, da el mirto su fragancia al espacio. A través de las manos de esos seres, sonríe Dios al Mundo.

Es bueno dar algo cuando ha sido pedido, pero es mejor dar sin demanda, comprendiendo.Y, para la mano abierta, la búsqueda de aquel que recibi­rá es mayor goce que el dar mismo. ¿Y hay algo, acaso, que podáis guardar? Todo lo que tenéis será dado algún día. Dad, pues, ahora que la oportunidad de dar es vuestra y no de vuestros herederos.

Decís a menudo: "Daría, pero sólo al que lo mereciera." ¿Y quiénes sois vosotros para que los hombres os muestren su seno y os descubran su orgullo para que así veáis sus mere­cimientos desnudos y su orgullo sin confusión?
Mirad primero si vosotros mismos merecéis dar y ser un instrumento del dar. Porque, en verdad, es la vida la que da a la vida, mientras que vosotros, que os creéis dadores, no sois sino testigos
Gibran Khalil Gibran, El Profeta.


Estadisticas de visitas