El rábano por las hojas

Pero esta claro que para algunos la costumbre no es sólo tomar el rábano por las hojas*, sino negar que exista algo más que hojas. Supongo que lo políticamente correcto es decir que todas las opiniones son respetables, pero yo no pienso así. Son las personas las que son respetables e iguales en dignidad y derechos. Pero sus opiniones y sus argumentos son como su belleza, sus talentos o sus capacidades físicas. Admirables y magníficas algunas, miserables y despreciables otras o simplemente misteriosas y desconocidas. Pero al menos para mi, cada opinion es respetable en la medida en que lo son los argumentos en que se apoya. Y es que negar lo evidente empieza por ser patético y acaba por ser dramático.
“Hace poco vi una casa. Estaba ardiendo. Por el tejado salían llamas. Me acerqué y vi que todavía había gente dentro. Le di una patada a la puerta y grité que había fuego en el tejado, advirtiendo a los moradores que salieran deprisa. Pero no parecían tener prisa. Uno de ellos quería saber, mientras el fuego ya le estaba chamuscando una ceja, cómo era la vida ahí fuera, si no estaría lloviendo, si soplaba el viento, si había otra casa cerca, y muchas cosas más. Sin responder volví a salir de la casa. Esta gente –pensé- tiene que quemarse antes de dejar de hacer preguntas. De verdad os digo, amigos, a los que todavía no tienen el suelo bastante caliente para desear cambiarlo por otro y se quedan donde están no tengo absolutamente nada que decirles”.
Bertold Brecht
*Tomar (coger) el rábano por las hojas, Tergiversar. Interpretar algo de forma errónea o interesada. La expresión nada tiene que ver con el hecho de coger, de agarrar el rábano. El rábano es, en realidad, la raíz de la planta. Hay gente que, por error, come las hojas de la planta como verdura sin darse cuenta de que el rábano está debajo de la tierra, como hay gente que interpreta las cosas literalmente y no profundiza en su significado real.
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