Nunca el tiempo es perdido
Nunca el tiempo es perdido. Cada palabra, cada mirada, cada ilusión, cada sueño o cada desengaño... cada instante vivido es único e irrepetible y se le debe el respeto de las cosas que nunca vuelven, pues todo forma parte de cada uno, seamos conscientes o no. "La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante" decía Sören Kierkegaard. Nuestra sociedad nos impulsa a ignorar, expulsar, acallar todo lo que no es molesto, desagradable o nos hace sufrir. Todo bien guardadito en el oscuro sótano de esa parte de la vida que no nos gusta recordar. Es mejor vivir en un frenesí de trabajo, fiesta, viajes, compras... Todo menos momentos desagradables y sobre todo, momentos muertos. Correr cada vez más, ... más lejos, más rápido, .... no sea que la memoria despierte de su milenario letargo y se le ocurra bajar al sótano.
Pero ignorar no es asimilar. Silenciar no es comprender. Esconder algo no lo hace menos presente. Entender porqué algo nos hizo sufrir es la necesaria (y pesada) digestión que nos permite asimilar esa vivencia sin dolor ni rencor. Con el convencimiento de que toda experiencia vital nos puede enseñar algo y nos puede curar de algo. Sólo quien consigue romper todas las ataduras de su pasado puede correr libre hacia el futuro. Por eso nunca el tiempo es perdido, sino es un maestro verenable, que con enorme parsimonia y a través de lo vivido nos dice mucho de lo que anhelamos, o de lo que nunca quisieramos volver a repetir.
"Nunca el tiempo es perdido es sólo un recodo más en nuestra ilusión ávida de olvido, nunca el tiempo es perdido es sólo un recodo más en nuestra ilusión ávida de cariño " dice la canción de Manolo García.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home