El Lobo Estepario

Tienes razón, Lobo Estepario, mil veces razón, y a pesar de todo debes desaparecer. Quien quiera vivir en la actualidad y sentirse contento con su vida, no puede ser una persona como tu o como yo. Quien exige música en lugar de ruido, alegría en lugar de diversión, alma en lugar de dinero, trabajo verdadero en lugar de ocupación, pasión autentica en lugar de jugueteo... para él este mundo no es un bonito hogar. Hermann Hesse, "El Lobo Estepario"

miércoles, mayo 09, 2007

El rábano por las hojas

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Las emociones, los sentimientos, los afectos... son componentes esenciales de la vida, sin los cuales no merecería la pena levantarse cada mañana (o cada mediodía, que también hay algun@). Pero también es imprescindible recurrir a la razón y tratar de ver las cosas desde un punto más aséptico. No sirve de nada tratar con todo el cariño del mundo una herida que no está límpia. Para curarse, es necesario el doloroso tratamiento de la desinfección. Es muy incomodo llamar a ciertas cosas por su nombre, pero es el precio que hay que ha de pagar cada ser humano para ser plenamente consciente y responsable de su vida y de sus actos. Y lo contrario es retrasar lo inevitable y hacer aún más difícil la solución del problema.
Pero esta claro que para algunos la costumbre no es sólo tomar el rábano por las hojas*, sino negar que exista algo más que hojas. Supongo que lo políticamente correcto es decir que todas las opiniones son respetables, pero yo no pienso así. Son las personas las que son respetables e iguales en dignidad y derechos. Pero sus opiniones y sus argumentos son como su belleza, sus talentos o sus capacidades físicas. Admirables y magníficas algunas, miserables y despreciables otras o simplemente misteriosas y desconocidas. Pero al menos para mi, cada opinion es respetable en la medida en que lo son los argumentos en que se apoya. Y es que negar lo evidente empieza por ser patético y acaba por ser dramático.

“Hace poco vi una casa. Estaba ardiendo. Por el tejado salían llamas. Me acerqué y vi que todavía había gente dentro. Le di una patada a la puerta y grité que había fuego en el tejado, advirtiendo a los moradores que salieran deprisa. Pero no parecían tener prisa. Uno de ellos quería saber, mientras el fuego ya le estaba chamuscando una ceja, cómo era la vida ahí fuera, si no estaría lloviendo, si soplaba el viento, si había otra casa cerca, y muchas cosas más. Sin responder volví a salir de la casa. Esta gente –pensé- tiene que quemarse antes de dejar de hacer preguntas. De verdad os digo, amigos, a los que todavía no tienen el suelo bastante caliente para desear cambiarlo por otro y se quedan donde están no tengo absolutamente nada que decirles”.
Bertold Brecht



*Tomar (coger) el rábano por las hojas, Tergiversar. Interpretar algo de forma errónea o interesada. La expresión nada tiene que ver con el hecho de coger, de agarrar el rábano. El rábano es, en realidad, la raíz de la planta. Hay gente que, por error, come las hojas de la plan­ta como verdura sin darse cuenta de que el rábano está debajo de la tierra, como hay gente que interpreta las cosas literalmen­te y no profundiza en su significado real.


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