El Lobo Estepario

Tienes razón, Lobo Estepario, mil veces razón, y a pesar de todo debes desaparecer. Quien quiera vivir en la actualidad y sentirse contento con su vida, no puede ser una persona como tu o como yo. Quien exige música en lugar de ruido, alegría en lugar de diversión, alma en lugar de dinero, trabajo verdadero en lugar de ocupación, pasión autentica en lugar de jugueteo... para él este mundo no es un bonito hogar. Hermann Hesse, "El Lobo Estepario"

jueves, noviembre 23, 2006

Vivir con un propósito














Vivir con un propósito determinado: la propia autenticidad frente a la senda gregariamente marcada. Como decia Herman Hesse en Demian ""Quería intentar vivir tan solo aquello que tendía a brotar espontáneamente de mi interior. ¿Porqué habria de serme tan difícil". Huir de la rutina y la resignación. Hacer de la propia vida algo extraordinario. Descubrir y conservar las personas que son capaces de tocarnos el alma, aquellas que si no existieran habria que inventarlas. Valorar la naturalidad de las personas sencillas en un mundo en el que tantas voces son impostadas. Redescubrir que es más importante gozar de las cosas que poseerlas. Que reconocer el propio camino no significa despreciar las alternativas. Es entender que seguir la propia identidad siendo fiel a uno mismo no es una opción, es una necesidad.


"Fui a los bosques porque quería vivir con un propósito determinado, enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar, para no llegar a la muerte y descubrir que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida; ¡es tan hermoso el vivir!; tampoco quise practicar la resignación, a no ser que fuera absolutamente necesaria. Quise vivir profundamente y extraer todo el meollo a la vida, vivir en forma tan dura y espartana como para derrotar todo lo que no fuera vida, cortar una amplia ringlera al ras del suelo, llevar la vida a un rincón y reducirla a sus menores elementos, y si fuera mezquina, obtener toda su genuina mezquindad y dar a conocer su mezquindad al mundo, o si fuera sublime, saberlo por propia experiencia y poder dar un verdadero resumen de ello en mi próxima salida. "


Henry David Thoreau, Walden.

jueves, noviembre 02, 2006

Día de San Martin

El tiempo pone a cada uno en su sitio. A cada uno le llega su hora. La paciencia es una planta amarga de frutos dulces. La venganza se sirve en plato frío. Vísteme despacio que voy deprisa... Queridos estúpidos, con vosotros hay que tener TANTA paciencia. Pero no lo dudeis, las semillas de estupidez que inadvertidamente vais dejando a cada paso germinarán. Y llegará vuestro momento, pues " a cada cerdo le llega su San Martín".

"Nuestra vida está salpicada de ocasiones en que sufrimos pérdidas de dinero, tiempo, energía, apetito, tranquilidad y buen humor por culpa de las dudosas acciones de alguna absurda criatura a la que, en los momentos más impensables e inconvenientes, se le ocurre causarnos daños, frustraciones y dificultades, sin que ella vaya a ganar absolutamente nada con sus acciones.
Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué esta absurda criatura hace lo que hace. En realidad no existe explicación -o mejor dicho- solo hay una explicación: la persona en cuestión es estúpida.
La mayoría de las personas estúpidas son fundamentalmente y firmemente estúpidas, en otras palabras, insisten con perseverancia en causar daños o pérdidas a otras personas sin obtener ninguna ganancia para sí, sea esto positivo o negativo. Pero aún hay más. Existen personas que con sus inverosímiles acciones, no solo causan daños a otras personas, sino también a sí mismos. Estas personas pertenecen al género de los superestúpidos."

Carlo Cipolla, Allegro ma non tropo.

A todos vosotros, amigos y enemigos estúpidos solo reprocharos que desviarais mi atención de todo lo maravilloso que hay en este mundo. De las personas honestas, de las sonrisas incondicionales, de la lealtad. De la tranquilidad de una conciencia limpia. Del disfrute de las cosas sencillas que no significa renunciar a las grandes. De la sonrisa de los niños y de la mirada de los ancianos. De lo valioso que es cada minuto que pasamos en ese mundo. Y del amor verdadero que, por supuesto, existe.


Y como no, despedirme de vosotros con una cita de mi admirado Fernando Fernán Gómez.


A LA MIERDA !!!


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