El Lobo Estepario

Tienes razón, Lobo Estepario, mil veces razón, y a pesar de todo debes desaparecer. Quien quiera vivir en la actualidad y sentirse contento con su vida, no puede ser una persona como tu o como yo. Quien exige música en lugar de ruido, alegría en lugar de diversión, alma en lugar de dinero, trabajo verdadero en lugar de ocupación, pasión autentica en lugar de jugueteo... para él este mundo no es un bonito hogar. Hermann Hesse, "El Lobo Estepario"

viernes, febrero 03, 2006

Tú tienes tu opinión, y yo la mía

"Bueno, tu tienes tu opinión, y yo la mía..." Así terminan, o al menos se pretenden zanjar, muchas discusiones. "Es mi opinión.." Lo que en principio manifiesta el derecho intransferible de cada indiviuo a expresarse libremente suele tener una segunda lectura. No sólo se quiere decir "tengo derecho a opinar" sino también "mi opinión vale tanto como la tuya, independientemente de los argumentos en que se apoye cada uno". Esta premisa no es sino una falacia que pretende echar por tierra millones de años de evolución. Si lo que distingue al Homo Sapiens de otros animales similares es su consciencia, su capacidad de racionalizar sus pensamientos y sus acciones, llegamos a la conclusión de que una opinión vale lo que valen los argumentos en que se sustenta.
Sería curioso admitir que seres humanos que difieren en aspecto exterior, cualidades y capacidades atléticas, temperamento, sensibilidad, gustos, ...etc, resulta que tienen justo la misma capacidad de racionalizar una idea en forma de argumentos coherentes. La misma evolución que nos ha hecho inteligentes, nos ha hecho diversos en capacidades. Y aunque como seres humanos tengamos la misma dignidad, los mismos derechos y deberes, es evidente que nuestra capacidad para generar opiniones razonables no es la misma. En el mundo de las opiniones y del intelecto existen, como en la música, Mozart y Salieri. Sin embargo estamos en la era de un mal entendido relativismo, se puede reconocer el talento de las personas en ambitos banales, como en el deporte o en "operación triunfo". Pero, cuando se trata de cosas serias, como ejercitar nuestro intelecto, parece que todos volvemos a ser iguales. Aunque claro, "solo es mi opinión".


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