El Lobo Estepario

Tienes razón, Lobo Estepario, mil veces razón, y a pesar de todo debes desaparecer. Quien quiera vivir en la actualidad y sentirse contento con su vida, no puede ser una persona como tu o como yo. Quien exige música en lugar de ruido, alegría en lugar de diversión, alma en lugar de dinero, trabajo verdadero en lugar de ocupación, pasión autentica en lugar de jugueteo... para él este mundo no es un bonito hogar. Hermann Hesse, "El Lobo Estepario"

lunes, diciembre 19, 2005

Vencer o Convencer

He ahí el dilema vital. ¿Es el éxito la medida de lo que es bueno? ¿Hay que conseguir una serie de cosas preestablecidas o no eres nadie en la vida? ¿Es correcto lo que una sociedad acepta en un momento determinado o uno debe mirar algo más? Quizás la asunción de unas convenciones permite que muchos individuos eviten indagar en sus propias convicciones. Hermann Hesse decía en Demianno hay nada que un individuo quiera evitar más fervientemente que encontrarse a solas consigo mismo”. Lo más cómodo es sin duda pensar que uno no es muy diferente de todo el resto. Un trabajo que aporte un sueldo digno sin demasiado esfuerzo. Una pareja que dé estabilidad. Una casita en la playa. Viajar en vacaciones. Otro coche. ¿Y éso es todo? ¿Ser moderadamente feliz y pensar que hay quien esta peor?.

La construcción de la propia identidad supone un ejercicio constante de revisión. Una catarsis personal e intransferible que nunca es sencilla ni indolora. Tratar de reconocer lo que uno lleva dentro, lo que verdaderamente le conmueve y le emociona. ¿Es que la pasión arrebatadora esta reservada sólo a unos pocos escogidos? Llega a ser el que eres y no el que los demás han querido ver en ti.

La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial.
Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga. Otro es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto, pez. Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno –tentativa e impulso desde lo hondo- tiende a su propio fin. Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno.

Hermann Hesse, Demian


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